Una pila de leña secándose para el invierno revela mucho sobre la persona que la ha hecho. De hecho y como veremos mas tarde puede revelar la personalidad de una posible pareja…

La pila de leña nunca te gastara una broma. No pierde valor en la bolsa. No se oxida. No te pedirá el divorcio. Se limita a estar ahí y siempre hace lo mismo : aguarda al invierno. Es una cuenta de capital que te recuerda el trabajo invertido. Cuando lleguen las gélidas mañanas de enero, los leños te harán evocar esos días de primavera en que cortaste, partiste y apilaste la leña, y te cubriste la espalda para el invierno. Recordaras aquel bulto retorcido que no cedía ante el hacha. Veras el leño que metiste atravesado y que derrumbo la pila entera. Vaya, otra vez tu … pero ha llegado el invierno y te vas a las llamas.

He aquí el resultado de tan duro esfuerzo. La vista de la pila equivale a tener la seguridad ante los ojos. A mucha gente le gusta apilar los leños en un lugar visible desde la ventana de la cocina. Así, el panorama se extiende tanto hacia el pasado como hacia el futuro. Como estratos geológicos de la ladera de un monte, la pila es un recordatorio del trabajo que hiciste el año anterior. Los colores de las especies poco comunes sobresaldrán, la madera sin hender de los arboles pequeños dibujara pequeños círculos que contrastaran con los arboles rajados, que a su vez testificaran la precisión de los hachazos. Porque el leño también es un bloque de construcción, y al margen de lo elaborada que sea una pila,siempre llevara la huella de quien la corto y la diseño.

Una pila de leña puede ser un placer para los ojos, pero ante todo cumple el practico propósito de secar la leña y mantenerla tan seca como sea posible,porque durante el apilado queda determinada la calidad final de la madera,tanto en términos de la humedad como de apariencia. De ahí que mucha gente prepare la leña en dos etapas: primero se seca al aire libre, y luego, en otoño, se traslada a la leñera.

La leña sera mejor,es decir,estará mas seca,y menos expuesta a los ataques de los hongos,si se seca rápidamente. La mejor forma de conseguirlo es exponiendo al máximo su superficie al viento y al sol; lo mas adecuado es ubicar la pila de forma que el viento corra a través de ella desde todos los ángulos y al mismo tiempo este protegida de la lluvia. Lo que no funciona de ninguna de las maneras es dejar los leños en el suelo y cruzar los dedos para que haga buen tiempo. Compáralo con secar la ropa: nadie dejaría la colada en el suelo en un montón compacto. Si hay que elegir entre colocar la pila en un lugar soleado o un lugar con mucho viento, opta siempre por el viento.

Lo ideal para un correcto secado de la leña es que la pila queda tan porosa como sea posible, sin que se derrumbe. Nuestros mayores tenían una regla: la leña verde había que apilara tan suelta que un ratón pudiera correr a través de los agujeros de la pila, pero sin dejar huecos tan grandes como para que el gato lo siguiera. Si el viento y el sol pueden hacer su trabajo, secara rápidamente. A finales del verano puedes moverla a una leñera que le proporcione refugio frente a la nieve y la lluvia, y ahí si puedes apilar tan prieta como quieras.

Para que no este en contacto con la humedad del suelo, conviene poner la leña sobre pallets o postes de madera colocados en paralelo. También hace falta protección contra la lluvia. Las chapas de hierro onduladas son perfectas, ya que acumulan calor que acelera el secado y se pueden colocar de modo que entre aire por la parte superior de la pila. También se pueden utilizar plástico y lona pero nunca quedaran tan ventilada como un tejado rígido. Bajo ninguna circunstancia debe de embalarse la madera, porque el aire puede volverse tan húmedo que el moho y los hongos atacaran la leña de inmediato y no secara. Muchos entusiastas optan por dejar la leña sin cubrir en primavera, ya que la cantidad de humedad que debe de salir es mayor que la que entrara tras unos pocos chaparrones. Normalmente hay que poner una cubierta en junio. De hecho, hay quien expone los leños ya rajados al agua durante mas de un año,s obre todo si son largas piezas de roble. Esto se debe a que el roble se contrae por los extremos, lo que impide que salga la humedad que hay en el interior del leño. Si se mantiene húmedos, los extremos se hincharan un poco, dejando abierto un poco, dejando abierto un conducto por el que se puede transportar la humedad desde dentro.

 

Articulo basado en “ El libro de la madera” de Lars mytting.