Lo primero que debemos de decir es que cualquier leña es buena siempre y cuando este seca.

La leña seca tiene mas del doble del calor calorífico de una leña verde. Para que podamos considerarla seca debe haber estado al menos de 8 a 10 meses cortada y partida, amontonada un tiempo a cielo raso, en verano, y después a cubierto y ventilada. La leña seca tiene menos de un 20% de humedad, estando lo ideal alrededor del 15 % .

Algunos tipos de leña, como el olivo, tienen una baja humedad incluso en verde, hasta del 30%, pero lo normal en leñas como la encina o el roble es del 45-60% de humedad recién cortada.

La madera mojada genera mucho humo y pocas llamas, ensuciando la estufa y los conductos además de apagarse a menudo al intentar encenderla. La combustión de leña húmeda puede llegar a perder mas del 60 % de la energía contenida en la leña.

Podemos distinguir inicialmente entre dos tipos de leña. La leña dura y la leña blanda.

El grosor de la leña también es muy importante, no debiendo de sobrepasar los 8-10 cm en las maderas duras y los 10-12 en las blandas. Si la leña sobrepasa estos grosores la llama debe emplear mas energía en abrir el tronco en vez de generar calor hacia el exterior en modo de Radiación.

 

Prácticamente todos los tipos de leña tienen la misma cantidad de Energía en Watios/hora por kg:
Entre las 4200 y 4300 wh de energía. Varían entre otras cosas por su densidad, además de por el tipo de brasas o su cantidad, además de por la cantidad de cenizas que dejan en el proceso de pirolisis.

Como en cualquier tipo de combustión, la calidad del combustible afecta al calor aportado, la duración de la combustión y funcionamiento del aparato. Las maderas blandas generan combustiones altas y rápidas, con mucho fuego, mientras que las maderas duras queman largamente y generan grandes brasas calientes.

Normalmente, y debido al tipo de estufas de hierro que existen normalmente en la península ibérica, la leña mas cotizada es la de maderas duras, de crecimiento lento, con una lenta combustión y generación de grandes brasas que alarga el calor generado por una chimenea o por una estufa de hierro. Si juntamos este hecho al bajo aporte de aire que se suele dejar para que tenga una mayor duración se genera una enorme suciedad en las estufas y conductos, bajando la eficiencia de la estufa además de aumentar significativamente el CO2 emitido a la atmósfera.

El aumento del uso de las Estufas de Inercia permite utilizar maderas blandas ya que lo que se persigue es un aumento de las llamas las cuales generen un calor por Radiación que es capaz de alcanzar mayores temperaturas , las cuales son recogidas por la mampostería de la estufa. Estas mayores temperaturas llegan a eliminar el CO2, el cual es un gas que se quema a partir de los 800ºC. Se buscan fuego vivos y alegres que generan calor, siendo la generación de brasas , que contienen menos calor, una parte de la combustión que se intenta reducir lo mas posible al perder las Estufas de Inercia eficiencia por su causa.

TIPOS DE LEÑA

  • Leña de encina: Pertenece al grupo de madera duras y semi duras, el genero Qercus, en el cual entran también el roble y otras 600 especies. La encina, Quercus ilex, es una madera de alta densidad, hasta 1000 kg por m3 y su madera es usada por su durabilidad. Cuesta de encender pero tienen un gran poder calorífico. De lenta combustión se consume prácticamente sin llama. Excelente para estufas de hierro por su capacidad de generar grandes brasas. Es la leña mas cara en la península Ibérica.

 

  • Leña de roble: Madera semi dura, tiene una densidad media de 680 kg por m3.Si tienes acceso a un bosque de robles eres afortunado. En muchas culturas ocupa una posición mística, y sin duda es la madera mas significativa para el desarrollo de la cultura occidental. De dureza extrema y gran resistencia, ha sido usado en buques de guerra, catedrales, puentes, etc, ha sido puesto a prueba de muchas manera por el avance de la civilización. Cuesta de encender(necesita altas temperaturas) pero tiene un gran poder calorífico. También origina grandes brasas en su combustión. Debido a su gran cantidad de taninos necesita de 1, 5 a 2 años de secado.

 

  • Leña de olivo: Típicamente europeo, el Olacea Europaea tiene una densidad de entre 850-1120 kg por m3. Tiene un grado muy bajo de humedad recién cortada y debido a que es un cultivo frutal que se suele podar cada pocos años es muy interesante para la obtención de leña menuda que tira muy bien. Seca lentamente y una vez que baja del 20% de humedad cuesta de encender pero luego arde rápidamente, con grandes llamas muy vivas con un bonito colo amarillo y apenas deja brasas. Es ideal para una Estufa de Inercia térmica.

 

  • Leña de eucalipto: el Eucalyptus Globulus aunque no es una especie autóctona como olivo o encina, forma ya parte de nuestro paisaje. De crecimiento rápido con gran capacidad de reproducción vegetativa. De una elevada densidad y dureza, entre 800 y 900 kg por m3.De excelentes propiedades mecánicas y resistencia al impacto. Es importante quitarle la corteza al guardarlo para que no se apolille y cortarlo en verde ya que una vez seco es de una extrema dureza con muchas fibras que complica partirlo. Su poder calorífico es alto. Va muy bien para la todas las estufas en general.

  • Leña de fresno: Al Fraximus Excelsior se le conoce en muchas culturas como “ El árbol de la vida”. Tiene una densidad media de 550 kg por m3.Es una madera muy resistente, que se ha aprovechado mucho en carpintería y construcción. Tiene un escaso nivel de humedad recién cortada que puede llegar al 34%. Es fácil de partir, fácil de encender y ofrece lumbre dinámicas de llamas muy poderosas. Tiene un excelente poder calorífico. Es ideal para las Estufas de Inercia Térmica.

 

  • Leña de abedul : El Betula Pubescens tiene una excelente reputación como árbol de leña en los países del norte de Europa. Su densidad media es de 500 kg por m3. Crece en abundancia y es un árbol alto y erguido, con largos tramos de tronco sin rama que facilita la tarea de su corte y desrame. Necesita ser cortado y secado rápidamente o se degrada rápidamente por los hongos y el moho. La madera de abedul es bastante dura siendo muy cotizada por los fabricantes de muebles. Su leña se comporta de una manera ejemplar en la estufa, con un alto poder calorífico, su corteza es inflamable y la leña deja un fondo de intensas brasas. En Rusia la consideran ideal para las Estufas de Inercia Térmica.

 

  • Leña de Pino: los Pinos, pertenecientes a las Coníferas, en sus diferentes variedades es una madera blanda, con una densidad media de 440 kg por m3. Sus troncos rectos y con pocas ramas los hacen fáciles de cortar. Cuando esta verde es casi imposible de quemar. Una vez seco su poder calorífico es alto. La leña de pino enciende rápidamente originando grandes llamas y pocas brasas. Conviene deshollinar con regularidad la chimenea y la estufa si se quema pino a menudo debido a su contenido en aceite que deja mucho hollín seco.

 

  • Leña de Chopo: El Chopo, Populux, también conocido como Álamo. Es de crecimiento rápido con gran capacidad de reproducción vegetativa y tronco recto. Es una madera blanda con una densidad media de 380 kg por m3 y aunque no tiene un poder calorífico alto es fácil de cortar y se consume con una llama constante y pausada. Tiene un gran contenido de cenizas al finalizar la combustión. Su proceso de secado es impredecible ya que a veces pueden quedar bolsas de humedad en algunos leños. Es mas recomendable en Estufas de Inercia térmica que en estufas de hierro.